martes, septiembre 20, 2005

Con el ciego, ahora si veo

Tal parece que fuera la respuesta del ilustre procer Joaquin de Caicedo y Cuero, contemplando desde lo alto La Plaza que lleva su nombre.
Y es que, solo hay que comparar las imagenes de Antes y Después, para una clara conclusión sobre si mejoró o empeoró el paisaje de este ícono de la caleñidad.
Las imagenes hablan por si solas, y los testimonios de sus visitantes y de quienes tienen en la zona centrica de la ciudad su radio de acción.
Las casi centenarias palmas como alegres bisabuelas que se baten cada tarde con la suave brisa del pacífico y de los farallones y la forma como mueven su figura obelística, ahora se pueden apreciar mejor y hacen ver esta gran sala de la ciudad, ordenada y limpia, como lo merece Cali.

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